El pasado fin de semana, un trío de monvaleros nos fuimos hacia Gredos con una finalidad: ir desde el pueblo de Navalperal de Tormes, pasando por la Cuerda del Barquillo hacia El Calvitero. De ahí, haríamos cumbre en Plaza de Toros y el Meapoco, para luego descender por la Hoya del Belesar hacia el Refugio del mismo nombre...y mira tu por donde, lo conseguimos
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El viernes nos fuimos ya hacia Navalperal, para poder madrugar y partir al amanecer, nos esperaba un día muuuyyy caluroso. Con las primeras luces del día, ya habíamos conseguido montarnos en la cuerda, viendo los primeros picos, como el Risco Redondo
Sin mucho problema, llegamos al refugio de el Barquillo, desde donde se tienen unas vistas inmejorables de la Cuerda de El Cervunal y del pico que le da nombre. Además, se empieza a adivinar el final de la Garganta de El Pinar, que desemboca en la Hoya de las Berzas, por donde bajaremos al día siguiente.
A partir del refugio, el camino se empieza a desdibujar, hasta que desaparece. La única forma de llegar hasta El Calvitero es campo a través, por el único paso posible, ya que el relieve no permite ir por otro sitio
Una vez atravesada la zona de piornos llegamos a El Calvitero (¡nos pasamos la cumbre!), pero no perdimos la sonrisa. Mario y yo, con el refu de Regajo Largo al fondo
Y a partir de aquí enganchamos con la cumbre de Plaza de Toros
Y por fin, con el Meapoco, ¡¡¡prueba superada!!!
Descendimos hacia la hoya del Belesar, lugar que nos acogería hasta el día siguiente. Esta es la hoya, con Los Castillejos al fondo (ese también lo subimos, pero en una rápida y ligera incursión
)
Una vez llegamos, escogimos unos de los pocos vivacs que quedaban en pie, ya que las vacas habían hecho de las suyas, y mare mía que torrera. Pues nada, ¡A improvisar!
Pasamos toda la tarde descansando, nos bañamos, charlamos, y Víctor hizo amigos...¡Hasta nos dieron medio hornazo!
A la mañana siguiente, bien tempranito, partimos hacia el coche, para ello, decidimos ir por la pequeña cuerda de El Belesar, que nos regalaba estas vistas
para luego descender por la Portilla de los Cantos Coloraos, ¡con mucho cuidadín que no hay camino y empina un poco!
Na, despacito y con buena letra, se baja bien
Una vez salvada la bajada más empinada, y enganchado el PR, el resto casi, coser y cantar, aunque la bajada se hace un poquito laaaargaaa, pero te regala estas vistas
Esta fue nuestra aventurilla, y, a excepción de la zona del Refu del Belesar y la zona más cercana al aparcamiento, no nos cruzamos con nadie, solo con ellas, que estuvieron muy contenta de posar para nosotros