Aunque mi cuerpo esté en España, mi mente todavía camina por el Alto Toubkal. Ha sido una experiencia inolvidable, por la belleza del paisaje, de las montañas y sobre todo, por la calidez y humanidad de sus gentes, de nuestro pedazo de guía Harim. Vuelvo emocionada y sorprendida de lo bien que nos han tratado todos: guias, cocineros, muleros, el personal al completo del refugio del Toubkal. La organización del viaje espectacular, sin retrasos, sin un "pero". Y por supuesto: UN GRUPO DE AMIGOS INCREIBLE, hemos hecho un gran equipo allí arriba, muy compenetrados y felices. ¡¡¡RAS QUE TE VAAAAS!!!!