DIA 25/07/09.
Ha llegado el gran día. Ese para que el que llevas mucho tiempo preparándote tanto física como mentalmente. Sabemos que la actividad va a ser dura, lo normal para hacer cumbre es dormir en Gouter, que está a 3.817 m. de altura, pero nosotros lo haremos desde Tete Rouse, a 3.187 m, es decir que haremos unos 600 m. más de desnivel que lo que suele hacerse normalmente, puro masoquismo…Además esos 600 m. de desnivel son el citado Couloir de Gouter, un espolón “ponzoñoso” como le llamó uno de mis compañeros de cordada, que hay que escalar de noche, además de con frio y unos 5-10 cms de nieve nueva recién caída unas horas antes. En fin, el momento soñado…
La noche, después de la tormenta, había quedado totalmente despejada, pero con fuerte viento y frío. A eso de las 01:30 nos levantamos a ¿desayunar…? Mi cuerpo no está para muchas fiestas, y apenas puedo tomar medio vaso de chocolate y un par de galletas. A eso de las 02:30 empezamos a andar, siguiendo los frontales de otras cordadas que nos preceden. El primer obstáculo a atravesar es la famosa Bolera, por suerte a estas horas no hay apenas nadie por arriba que nos pueda tirar ningún bloque, así que la atravesamos sin excesivos apuros. Subimos lentamente el citado Couloir, penosamente, buscando las sirgas de acero que te atan a la pared, aunque debido a la oscuridad reinante en algún momento las perdimos y hubimos de darnos algunos pasos más expuestos de lo normal…Al fondo, a nuestra izquierda, vemos Chamonix iluminado por miles de luces, el espectáculo es increíble….Finalmente empieza a salir el Sol, llevamos los ojos como gatos y se agradece algo de claridad. Por fin llegamos a Gouter, sobre las 06:30 de la mañana.
De Gouter ya han salido muchos montañeros, así que la huella es clara, solo hay que meterse en ella como un vagón de tren e intentar no descarrilar en alguna arista. Por delante, 1.000 m. de desnivel:
Hace mucho aire, lo que disminuye la sensación térmica. Por fin el Sol nos calienta un poco:
A nuestra derecha, la Ag. De Bionnassay:
Hay que darse un respiro, aún nos queda mucho:
La mole del Dome de Gouter vuelve a dejarnos a la sombra:
Por fin subimos al Dome, y ahora nos encaminamos hacía la cabaña Vallot. Algunas cordadas ya bajan de vuelta, “…que suerte…”, pienso yo en ese momento:
Pero a nosotros aún nos queda lo peor de la ascensión, Las Bosses, afiladas por el viento reinante en las últimas jornadas.
Del paso por las zonas más finas apenas tengo fotos…el viento, el frio, la tensión del momento...vas solo concentrado en andar y que todo salga bien, no pisar la cuerda del compañero, que no se caiga nadie…Y por fin, la arista cimera, larga, eterna, y el momento esperado durante tanto tiempo:
Y a las 12:00, la cumbre, un proyecto, un sueño, algo para no olvidar jamás…han sido 9 h. de ascensión, 1.700 m. de desnivel de subida…pero ahora todo eso queda en un segundo plano, para disfrutar de nuestro premio:
El viento reinante nos hizo mantenernos bien tapados todo el día, pero todo esto mereció la pena:
Y comenzamos el descenso, largo, muy largo, nos llevaría otras 6 h y media volver a Tete Rouse, incluyendo paradas para comer y descansar. Al fondo podemos ver Chamonix:
La deteriorada Cabaña Valotte, debería ser un refugio de emergencia pero la masificación lo ha convertido en un basurero…
Seguimos bajando, a por el Dome De Gouter:
Pero la satisfacción de la cumbre hace más llevadera la bajada:
De bajada queda a nuestra izquierda la Ag. De Bionnassay y su afiladísima arista:
Algunos seracs en el Dome:
Seguimos bajando, el viento ha cesado y la sensación térmica se ha recuperado:
Los últimos pasos antes de llegar al refu de Gouter:
Y el destrepe del Couloir de Gouter hacia Tete Rouse, el final de fiesta:
Por fin en el Campo Base de Tete Rouse, el cansancio se mezcla con la satisfacción:
Para acabar un día perfecto, los Alpes nos regalaron un atardecer de película:
La actividad en el Campo Base al atardecer…
Al día siguiente, bajada de nuevo al Nido de Aguila, de allí al teleférico de Bellevue, a Chamonix a recoger el resto del material…y para Madrid, vía Ginebra. Previamente dejamos nuestra piedra, símbolo de nuestro paso por allí, en el macrohito de Nido de Aguila:
Es una sensación rara levantarse un domingo en un glaciar, a 3.100 m de altura, en los Alpes, y saber que esa misma noche dormirás en Madrid, en tu casa…
Y ya desde el avión, un último vistazo al Mont Blanc…gracias, y hasta la vista¡¡¡